Adios


Las cosas que mueren jamás resucitan,

las cosas que mueren no tornan jamás.

¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda

es polvo por siempre y por siempre será!

Cuando los capullos caen de la rama

dos veces seguidas no florecerán...

¡Las flores tronchadas por el viento impío

se agotan por siempre, por siempre jamás!

¡Los días que fueron, los días perdidos,

los días inertes ya no volverán!

¡Qué tristes las horas que se desgranaron

bajo el aletazo de la soledad!

¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas,

las sombras creadas por nuestra maldad!

¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,

las cosas celestes que así se nos van!

¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de llagas!...?

de llagas infectas? ¡cúbrete de mal!...

¡Que todo el que llegue se muera al tocarte,

corazón maldito que inquietas mi afán!

¡Adiós para siempre mis dulzuras todas!

¡Adiós mi alegría llena de bondad!

¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas,

las cosas celestes que no vuelven más! ...





Alfonsina Storni

2 comentarios:

Laura dijo...

Aunque el día se torne del más negro inescrutable, lo último que tienes que hacer es rendirte. No te amedentres, nadie merece hacerte llorar ni te deben inspirar miedo. Eso no se le hace a una persona, o por lo menos a alguien tan maravillosa como tú.

Espera que pase el día... intenta relajarte... pero anda siempre con la cabeza bien alta, que nadie pueda contigo.

Mañana quizá veas todo diferente... o al menos haz lo posible.

Un abrazo

Unknown dijo...

Quiza sea lo mejor Laura. Amenazo a mi madre, a mi. Lo dejo partir, no era sano. Gracias por estar.
Un abrazo enorme.