Visitas que llenan el alma. Recuerdos y palabras que reconfortan. Saber quienes somos, y qué llevamos sembrado en el corazón de personas de 80 años...amor. Abuela Dora, abuela por adopción, compañera de mates, de charlas, de recuerdos...tanta sabiduría escondida en tu alma, tanta injusticia contra vos. Adopciones del alma...quizá por la amistad con mi familia, con mi abuela, esa maravillosa persona que solo sabía reir, nunca supo de lágrimas...
Llegar a los 29 años y saber que en personas mayores dejaste algo es maravilloso, saber que te aman, que te quieren, que algo dejaste en su alma...eso es vida, eso es amar, eso me llena mi alma.
Nunca pude olvidarme de mi abuela, ella sabía sonreir, no estaba jamás de mal humor (creo que nunca conoció eso), sus brazos envolvian de amor a quien ella abrazaba, su risa era fuerte, imponente y contagiaba...su dedos bailaban en un piano, nadie toca el piano como ella...con el alma. Dejo su alma en su piano, quizá para seguir enseñando desde las teclas como se acaricia el piano (de manera contraria, no suena...el piano solo suena, cuando se toca suavemente y con el alma), quizá eso me hace decir que Mores aporrea el piano, pero no acaricia el piano, no toca con el alma...Mi abuela decía: "los dedos de las manos deben ser como las piernas de un bailarín de danzas clásicas...volar, volar sobre el teclado"; hoy mi madre dice que las manos de un pianista deben ser como las piernas de Julio Boca: volar sobre el teclado, solo así suenan...es verdad.
Mi abuela no estudio piano acá, estudio en Francia, ella tocaba tangos en el piano y su hermanito tocaba el violín...su maestro había sido Pugliesse, él le enseño como se tocaba el tango arrabalero. Llevo la música en la sangre, el amor por el piano en la sangre...en la vida.
Muchas personas aprendieron piano con ella, decir la "esquina del piano" era decir Pilar Jordi de Garcia...esa era mi abuela.
La abuela Dora era amiga de mi abuela, dos mundos, dos vidas completamente distintas...mi abuela criada en Francia, vino de joven aquí...la abuela Dora, nació aquí, en el campo, solo conoció el campo...a las dos las unió el valorar un titulo...mi abuela preferia no cobrar, pero sí que sus alumnos tengan un título...la abuela Dora, hizo estudiar a todos los chicos que podía...
Mi abuela murió muy joven, 64 años...la abuela Dora tiene 80 y no la valoran, era la amiga de mi abuela.
Mi abuela esta en su piano, en la música...en Chopen. La abuela Dora está en sus madrugadas esperando la carne del campo para la carnicería, en sus historias (verdaderas), es su sabiduría sobre la naturaleza....
Almas tan distintas...tan iguales. Almas que llenan mi alma de enseñanzas, de amor, de palabras.
A mi abuela no la olvido, no me permito olvidarla...está en cada tecla que los chicos tocan hoy, en cada recuerdo de algún alumno que pasa a saludar y pide pasar a sentir "el olor del piano", sí, el piano de mi abuela tiene un olor particular, a ternura, a amor, a sabiduría del alma...perdón, es mi abuela no puedo ser objetiva.
La abuela Dora, es ternura, sabiduría de campo, de naturaleza, llena de amor sin poder darlo...una abuela que ama sin ser amada...mi abuela adoptiva y re querida.
Quien no valora los viejos...no valora la vida..tiene muerta su alma. Los viejos son la historia, la vida...la sabiduría. Son tu historia, amala.
Llegar a los 29 años y saber que en personas mayores dejaste algo es maravilloso, saber que te aman, que te quieren, que algo dejaste en su alma...eso es vida, eso es amar, eso me llena mi alma.
Nunca pude olvidarme de mi abuela, ella sabía sonreir, no estaba jamás de mal humor (creo que nunca conoció eso), sus brazos envolvian de amor a quien ella abrazaba, su risa era fuerte, imponente y contagiaba...su dedos bailaban en un piano, nadie toca el piano como ella...con el alma. Dejo su alma en su piano, quizá para seguir enseñando desde las teclas como se acaricia el piano (de manera contraria, no suena...el piano solo suena, cuando se toca suavemente y con el alma), quizá eso me hace decir que Mores aporrea el piano, pero no acaricia el piano, no toca con el alma...Mi abuela decía: "los dedos de las manos deben ser como las piernas de un bailarín de danzas clásicas...volar, volar sobre el teclado"; hoy mi madre dice que las manos de un pianista deben ser como las piernas de Julio Boca: volar sobre el teclado, solo así suenan...es verdad.
Mi abuela no estudio piano acá, estudio en Francia, ella tocaba tangos en el piano y su hermanito tocaba el violín...su maestro había sido Pugliesse, él le enseño como se tocaba el tango arrabalero. Llevo la música en la sangre, el amor por el piano en la sangre...en la vida.
Muchas personas aprendieron piano con ella, decir la "esquina del piano" era decir Pilar Jordi de Garcia...esa era mi abuela.
La abuela Dora era amiga de mi abuela, dos mundos, dos vidas completamente distintas...mi abuela criada en Francia, vino de joven aquí...la abuela Dora, nació aquí, en el campo, solo conoció el campo...a las dos las unió el valorar un titulo...mi abuela preferia no cobrar, pero sí que sus alumnos tengan un título...la abuela Dora, hizo estudiar a todos los chicos que podía...
Mi abuela murió muy joven, 64 años...la abuela Dora tiene 80 y no la valoran, era la amiga de mi abuela.
Mi abuela esta en su piano, en la música...en Chopen. La abuela Dora está en sus madrugadas esperando la carne del campo para la carnicería, en sus historias (verdaderas), es su sabiduría sobre la naturaleza....
Almas tan distintas...tan iguales. Almas que llenan mi alma de enseñanzas, de amor, de palabras.
A mi abuela no la olvido, no me permito olvidarla...está en cada tecla que los chicos tocan hoy, en cada recuerdo de algún alumno que pasa a saludar y pide pasar a sentir "el olor del piano", sí, el piano de mi abuela tiene un olor particular, a ternura, a amor, a sabiduría del alma...perdón, es mi abuela no puedo ser objetiva.
La abuela Dora, es ternura, sabiduría de campo, de naturaleza, llena de amor sin poder darlo...una abuela que ama sin ser amada...mi abuela adoptiva y re querida.
Quien no valora los viejos...no valora la vida..tiene muerta su alma. Los viejos son la historia, la vida...la sabiduría. Son tu historia, amala.
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